A medida que nuestro mundo se interconecta cada vez más a través de la inteligencia artificial, era sólo cuestión de tiempo que la tecnología se infiltrara en nuestras experiencias más íntimas. Con la aceptación de la tecnología sexual en el CES 2020, las posibilidades de mejorar la experiencia sexual humana a través de la tecnología están a punto de generalizarse. Sin embargo, a medida que más personas invitan a la inteligencia artificial a sus dormitorios, es importante tener en cuenta tanto los beneficios potenciales como los peligros que se avecinan.
Contrariamente a lo que la ciencia ficción pueda hacernos creer, la sextecnología no se limita a los robots sexuales. Según la experta en sexo tecnología Bryony Cole, la sexualidad abarca una amplia gama de aspectos, como el placer, las relaciones, la educación, la salud, los delitos, la denuncia de agresiones, la medicina y la identidad de género. Con una industria valorada actualmente en 30.000 millones de dólares, se prevé que alcance los 52.700 millones en 2026, impulsada por las ventas online y los productos innovadores que responden de forma inteligente a la actividad sexual.
Estos productos no solo incluyen robots sexuales como Harmony de RealDoll, un juguete sexual robótico de silicona que puede hacer las veces de escort para sus dueños, sino también vibradores, estimuladores y masajeadores inteligentes conectados a aplicaciones, porno personalizado, realidad virtual y experiencias sexuales aumentadas, etc.
La inteligencia artificial en los juguetes sexuales pretende mejorar y personalizar la experiencia aprendiendo de los datos recogidos por los sensores. Las empresas que utilizan con éxito la tecnología para crear productos o servicios excepcionales probablemente verán aumentar sus ventas. Por ejemplo, Lioness, un galardonado vibrador inteligente, y Osé, un dispositivo sexual robótico diseñado para imitar el tacto humano, han revolucionado el sector. Muchos de estos juguetes están conectados a teléfonos inteligentes mediante aplicaciones, lo que permite a los usuarios explorar su sexualidad y sus preferencias. También existen artilugios para hombres y parejas, que proporcionan beneficios incluso cuando los miembros de la pareja están físicamente separados.
La realidad virtual ofrece un espacio seguro para explorar la sexualidad, aunque sigue habiendo dudas sobre las consecuencias a largo plazo de entregarse a fantasías sexuales a través de la inteligencia artificial. Las experiencias sexuales de realidad virtual son cada vez más realistas, y la tecnología háptica añade la sensación del tacto, algo que puede ser inclusive muy útil para acompañantes y scorts alrededor del planeta. A medida que la tecnología de realidad virtual siga avanzando, estas experiencias serán aún más inmersivas. Sin embargo, las parejas comprometidas deben establecer límites y determinar qué constituye experimentación segura y qué engaño. Aumentar la realidad para que la pareja parezca otra persona plantea cuestiones sobre los niveles de comodidad y la dinámica de la relación.
Aunque la sexo tecnología va más allá de los robots sexuales, se ha avanzado mucho en la creación de robots muy realistas y personalizables. Algunas empresas están a punto de presentar robots que simulan la respiración y tienen latido cardíaco. El objetivo final es que las muñecas sexuales interactúen y se comuniquen con sus parejas como si fueran humanas. RealDoll, creadora de Harmony y otras versiones para hombre y mujer, ofrece robots tecnológicamente avanzados impulsados por inteligencia artificial, capaces de parpadear y moverse. Aunque estos robots tienen un precio elevado, se espera que la demanda sea considerable.
La inteligencia artificial y la tecnología avanzada han abierto nuevas posibilidades de expresión sexual sana, educación y conocimiento. Sin embargo, también plantean retos que hay que tener muy en cuenta. Cada pareja debe navegar por sus niveles de comodidad y establecer límites cuando se trata de explorar fantasías sexuales a través de la IA. El potencial de expectativas poco realistas y la distinción entre las salidas aceptables para la exploración sexual y las interacciones en la vida real son factores importantes a tener en cuenta.
